domingo, 19 de enero de 2014

19/01/2014


MI DESHIELO


Siempre necesité tiempo para mí mismo, es más, nunca pensé que te necesitaría aquí, junto a mí, cuando llorase. 

Los días se me hacen años cuando me encuentro solo, eras tú quien le daba sentido al tiempo, quien me hacía vivir y disfrutar de cada segundo de la vida que me había tocado protagonizar.

La cama en la que tantas veces te acostaste, sigue intacta desde el último día en el que le diste uso, aún sigue deshecha por si algún día decides regresar. Pero te vas alejando más y más, cada vez que te alejas cuento los pasos que tomas... ¿No ves cuánto te necesito ahora? Desde que te fuiste, cada fragmento de mi corazón sigue echándote de menos.

Nunca me había sentido así antes, cada cosa que hago me recuerda a ti, la ropa que te dejaste aún sigue aquí, justo en el mismo lugar en el que yacía. ¿Sabes? Aún siguen oliendo a ti, a ese perfume que siempre hacía sentirme seguro de mí mismo, y era porque si lo percibía, significaba que estabas muy muy cerca de mí. Me encanta acercar tus camisas a mi nariz, inhalar cada mililitro de ese olor tan peculiar, cada vez que lo hago, y no son pocas, me hacen viajar hasta ti, aunque tú, muy a mi pesar cada vez estás más y más lejos de mí.

Fuimos hechos el uno para el otro, tan diferentes, por eso eramos tan sumamente complementarios, yo lo sabía, y tú eras también consciente. Cada cosa que hacíamos, cada momento que vivíamos salía de nuestro corazón y nuestra alma, es por lo que siempre nos sentíamos tan felices...

Tu sonrisa siempre fue uno de los motivos por los cuales yo era como era, tan bueno y apacible, tan simpático como inquieto, y es que ese gesto en tu cara hacía sentirme lleno y completo. Tu sonrisa me acariciaba el corazón.


Pero todo acabó... Únicamente me queda respirar profundamente y sentir que sigues aquí, conmigo, mientras tanto... "mi deshielo" sigue continuando.




1 comentario: